EL TRAMPANTOJO. Una piscina decorada con este antiguo arte.

Una de las decoraciones que tuve la suerte de plantear y terminar, fue la decoración de mi propia piscina interior. Era una fabulosa piscina unida a uno de los salones de esta casa de campo.

Disponía de grandes ventanales a los lados del piso superior. Comunicaba con el salón de cine que después se abría a un inmenso y luminoso jardín.

Bajando a la piscina , la propiedad también disponía de un gran gimnasio colindante.

La estancia derrochaba luz, además de los grandes ventanales también disponía de un inmensa claraboya que dejaba entrar gran luminosidad y que ocupaba todo el techo.

Este antiguo desvencijado caserón, me enamoró desde el primer momento que lo vi, llevaba abandonado varios años y este fue y será uno de los componentes esenciales para seducirme. Las amplias estancias difíciles de decorar, algo inhóspitas y para algunos un derroche de metros y de espacio, que echa a muchos compradores para atrás.

Piscina de grandes paredes blancas y auberoche ocre del suelo.

 

Gran luminosidad de la claraboya del techo.

 

No hablaré del resto de esa casa, en esta ocasión solo explicaré el proceso y el porqué contemplar la posibilidad de una decoración con la antigua técnica de trampantojos.

Trampantojo, engañar al ojo que los franceses tanto como los españoles, utilizaron en sus decoraciones palaciegas “trompe-l’œil”, sobre todo imitando mármoles con sus sombreados aparentando piedras y veteados de las piezas talladas.

Ahora se han puesto de moda, también trampantojos en las calles, tapando las obras de grandes edificios y qué decir de esos artistas callejeros que imitan una realidad virtual

 

Trampantojos en las calles

         

 

Ahora algunos restaurantes también han introducido el trampantojo en la cocina, esos platos que engañan a primera vista y luego son algo totalmente distinto a lo que parece.

 

Macetitas de tiramisú
Helados de queso con salsa de pimientos.

 

Pero volvamos a aquella piscina de paredes blancas y suelo de auberoche ocre antiguo, fue exactamente esas paredes tan blancas, las que me convencieron para hacer los diseños de grandes arcadas que crearán una profundidad irreal.

La piedra del suelo en un primer momento no me convenció del todo, pensé instalar algo mucho más atractivo y que una piscina cubierta merece, entonces opte por la mayor técnica disuasoria …”calcular el precio”, este ejercicio me convención tajantemente.

Para sacar el mayor partido a ese viejo suelo, decidí pedir que lo imitaran en la pintura de las paredes y columnas, así se consiguió que resaltara de una forma espectacular.

Habiendo decidido el plano general del contenido de las paredes, el resultado fue casi una recreación del estilo Versace, con sus jardines de ensueño, grandes columnatas, desnudos y un gran busto que los pintores crearon en mi honor.

Un gesto muy cariñoso y tan especial de esos grandes artistas y una seña que quedó para siempre en esa antigua propiedad.

www.blancarey.com

 

Busto regalo de los artistas.

 

Columnatas para crear profundidad.

 

Detalle de la claraboya, desnudos y cornisas estilo Versace.

 

 

 

 

 

 

 

 

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